Entre 1923 y 1940, el movimiento de diseño conocido como art déco tuvo un importante desarrollo en Cuba, atribuible a razones diversas, entre las que figuran tanto la búsqueda de una nueva identidad con el término del coloniaje español y el inicio de la república en 1902, como la fuerte influencia estadounidense de la época, en un momento donde el art déco se encontraba en su esplendor en ciudades como Chicago y Nueva York.
Conoce las obras en La Habana que debemos reconocer, proteger y poner en valor.
La Habana es una de las ciudades donde este movimiento tuvo mayor influencia en Cuba, al punto de encontrarse en distintas zonas de la ciudad un significativo número de obras en este estilo, albergando diversos tipos de programas, tales como vivienda, cines, edificios corporativos, educativos y hospitales.
Este número de inmuebles y su diversidad de programas, permite la singular oportunidad de apreciar algunas de las principales características formales de este movimiento en Cuba, tales como el énfasis en la verticalidad, la aplicación en fachadas de formas geométricas, líneas rectas, remates escalonados, simetría y decoración, todas en distintas escalas y tipologías.
Uno de los primeros inmuebles en La Habana representativos de este estilo lo constituye el Hospital Municipal de Maternidad América Arias, obra proyectada el año 1930 por los arquitectos Govantes y Cabarrocas.
Ocupando una manzana completa de extensión, este edificio tiene el particular interés del tratamiento art déco de sus fachadas, enfatizando en la verticalidad, a través de la incorporación de una trama de franjas verticales que asemejan columnatas y ventanas dispuestas en esta misma orientación.
También es destacable en esta obra, la combinación de materiales y aplicaciones decorativas, especialmente apreciables en las fachadas, con revestimientos en base a morteros y diversos tipos de ladrillos, junto a una serie de inscripciones, trabajos con molduras y detalles escultóricos, que en su conjunto envuelven al volumen con el lenguaje ornamental art déco.
Unos años más tarde, fue construido el Edificio Pérez Serano, obra residencial proyectada en 1932 por los arquitectos Ricardo Mira y Miguel Rosich, considerada junto al Edificio América, los dos ejemplos más emblemáticos de arquitectura residencial art déco en La Habana.
Este rascacielos incorpora numerosos elementos de este estilo, siendo uno de los más evidentes el remate superior escalonado con una torre de cuatro niveles, que se eleva sobre los diez pisos generales del conjunto.
En Pérez Serano se destaca el énfasis en la verticalidad, ocupándose un recurso ya mencionado: franjas alternadas en sentido vertical que sobresalen y se retranquean, encajando las ventanas de la obra.
ORNAMENTACIÓN EN LA HABANA
Otros detalles evidentes del Art Decó cubano lo constituyen los elementos ornamentales, especialmente presentes en el primer nivel (planta baja), con líneas quebradas en zigzag configurando la estructura de los dinteles, frisos con motivos vegetales incorporados a las fachadas o detalles escultóricos en las jardineras.
En la misma década, fue construido el Teatro Fausto, obra proyectada el año 1938 por el arquitecto Saturnino Parajón, premiada en 1941 con el Premio Medalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos en Cuba.
Entre los elementos art déco reconocibles en este inmueble destaca el tratamiento formal de sus fachadas revestidas con hormigón blanco y polvo de piedra, acentuando la verticalidad, a través tanto de ornamentaciones y salientes en esta orientación, como a través de los tres esbeltos tubos metálicos que se elevan sobre la entrada principal al teatro. Se aprecia en el Teatro Fausto la diversidad de bajorrelieves, reconociéndose la insistencia de ciertos elementos geométricos, tales como el cubo y la esfera, convertidos en motivos transversales en los diseños de este movimiento en Cuba.
También en 1938, tras ocho años de construcción, se terminó de construir la que es considerada la obra maestra del art déco en La Habana: el Edificio Bacardí, proyectado por Esteban Rodríguez Castells y Rafael Fernández Ruenes.
Esta obra construida en hormigón y acero incorpora a su composición prácticamente todos los elementos principales que caracterizan al art déco local: simetría en la fachada principal, verticalidad, remate escalonado con una torre mirador sobre el volumen principal y una rica ornamentación presente en sus terminaciones y detalles.
Al mismo tiempo, en el Edificio Bacardí es apreciable un lujo en la elección de materiales que no se hace evidente en las demás obras mencionadas: la incorporación de paneles de granito y terracota, cerámicas vidriadas y fierro forjado.
Un año después en 1939, los arquitectos Fernando Martínez Campos y Pascual de Rojas proyectaron el Edificio América, obra con un programa mixto, que comprende comercio, teatro, cine y vivienda, siendo considerado uno de los edificios residenciales art déco más emblemáticos de La Habana, junto a uno de los cines más suntuosos diseñados en este estilo en la ciudad.
Si bien se repiten elementos formales anteriormente señalados en su expresión final -y contrario a la austeridad en la elección de materiales y ornamentaciones que se evidencian en el exterior- el interior del cine teatro, presenta una rica variedad: diversidad de cerámicas y granitos, junto a detalles ornamentales como barandas en fierro forjado y diseños con cerámicas en los pisos.
Estos cinco edificios son solo una muestra del rico patrimonio arquitectónico art déco cubano que la 12° versión del Congreso Mundial de Art Déco -celebrado en La Habana el año 2013-, buscó promover, estudiar, investigar y divulgar. Ahora bien, una vez reconocido su valor, la discusión actual dice relación con su estado de conservación, pues presentan graves deterioros en su construcción.
La búsqueda de soluciones que permitan conservar el patrimonio existente se hace aún más necesaria con los antecedentes de lo acontecido recientemente con el Hospital Pedro Borrás, otro edificio emblemático de la corriente art déco en La Habana, cuya falta de conservación y progresivo deterioro, conllevó a que fuese considerado irrecuperable y demolido a principios del 2015.
Karina Nogales es arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Chile, es creadora de enviajes.cl, sitio de viajes que se enfoca en destinos latinoamericanos como Cuba.
Este artículo fue elaborado por uno de nuestros lectores y seleccionado por nuestro equipo editorial. Si quieres compartir tus ideas en Plataforma Arquitectura, ArchDaily México y ArchDaily Colombia, escríbenos a colaboraciones@archdaily.com
